Especulaciones políticas y económicas generales para el año 2009
Por Luis Muñoz
Quiero comenzar señalando que el presente texto se satisface simplemente con exponer de forma clara sus ideas; Y en segundo lugar, con ser un mínimo aporte en la generación –tendenciosa- de opinión en relación al actual panorama político-económico mundial. La abundancia de los tópicos anunciados debe justificar la simpleza de las siguientes líneas.
Al finalizar el octavo año del siglo XXI enfrentamos con incertidumbre los próximos 12 meses que se avecinan, pues la televisión y los periódicos informan de una crisis histórica en la economía mundial (sin duda una situación preocupante). Pero… ¿De qué se trata todo esto? En términos generales lo que comenzó siendo una acotada crisis financiera en el ámbito hipotecario estadounidense se ha ramificado a través de la bolsa de valores configurando una crisis financiera mundial, esta situación de por sí preocupante, se intensificó cuando la crisis financiera traspasó el terreno bursátil para asentarse en la llamada economía real configurando un preocupante escenario de recesión mundial. Según lo expresa el economista Claudio Lara, la discusión hoy se abre en torno a la posibilidad de que ésta recesión mundial de paso -o no- a una depresión mundial, lo cual sería catastrófico.
A la fecha es preocupante el hecho de que en la economía norteamericana estén al borde de la quiebra empresas como la General Motors, Ford y Chrysler, esta situación amenaza con acabar con miles de puestos de trabajo propiciados directa o indirectamente por la industria automotriz norteamericana[1]. Este situación da cuenta de cómo se ha traspasado una crisis que solo afectaba a los capitales financieros (crisis financiera) hacia la clase trabajadora (en el ámbito de la economía real). El problema concreto es la posibilidad de una ola de despidos masivos que afectaría directamente a la clase trabajadora, lo cual no solo se limitaría al imperio yanqui, puesto que siendo el capitalismo un sistema global, sus crisis también asumen estas características atacando a toda la población trabajadora del mundo. En este contexto las transnacionales automotrices piden a gritos ayuda económica por parte del estado norteamericano (miles de millones de dólares) que permitan mantener a flote sus empresas. Evidentemente el problema es sumamente complejo. Lo interesante de este proceso es ver como los principales impulsores del neoliberalismo económico (los grandes empresarios capitalistas) recurren hoy a la intervención estatal como única vía para no perder sus enormes empresas imperiales.
Frente a esta situación los empresarios capitalistas propagan el terror ante la posibilidad real de aumento de la cesantía y sus aparejadas consecuencias sociales, si bien esto no deja de ser cierto, el problema está en que intentan pasar por alto el hecho -no menos real- de que el llamado ‘salvataje’ a las empresas automotrices privadas no tiene como intención principal enmendar las consecuencias sociales de la crisis (esto sería solo una consecuencia secundaria), la intención principal esta en rescatar económicamente a los grandes empresarios capitalistas que por siglos han venido explotando nuestra fuerza de trabajo para abultar riquezas personales.
Si queremos obtener respuestas que vayan en sintonía con nuestros intereses (los del pueblo y la clase trabajadora) sería bueno preguntarnos: ¿Qué sujetos políticos defienden los intereses de los empresarios y quienes los intereses de los trabajadores y el pueblo? La respuesta no es muy compleja, cualquier propuesta venida desde la institucionalidad, vale decir, desde el Estado, el Parlamento o sus partidos afines, siempre será en pos de mantener los privilegios de las clases dominantes. Por el contrario, cualquier alternativa surgida a través de las organizaciones políticas y sociales del pueblo siempre irán en búsqueda de los intereses estratégicos de nuestra clase.
Al finalizar es necesario señalar que no podemos esperar que esta tendencia acabe por si sola con este capitalismo descabellado, muy por el contrario, cada vez que el capitalismo ha entrado en crisis ha sobrevivido adoptando consecutivos modelos de acumulación[2]. Es por esta razón que no debemos pensar en que “la llegada del socialismo” sea “lo más lógico”. De hecho, para la clase dominantes chilena (los grandes empresarios capitalistas) plantear siquiera un mínimo de intervención estatal sería absurdo. Lo que intento plantear es que para concretar nuestros -bondadosos- sueños revolucionarios no basta con los meros pensamientos e intenciones, es necesario construir una alternativa popular que nos posicione como una opción real y efectiva en contra de las permanentes incertidumbres que afrontamos trabajadores, pobladores y estudiantes ante un sistema particularmente impopular. Es esencialmente necesaria la existencia de una organización revolucionaria y de un proyecto político que guíe su accionar a través de una permanente lucha que acabe con el capitalismo y construya el socialismo en nuestra patria[3] y el mundo.
[1] Como dato cabe apuntar que por esto días El mercurio (18 Dic.) informó que “Chrysler cerrará fábricas por un mes” enviando de manera forzosa a sus trabajadores de vacaciones por 30 días.
[2] Liberal, keynesiano y neoliberal.
[3] El concepto de patria aquí se entiende en base al documento “Sobre patria y patriotismo” del FPMR.